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martes, 26 de noviembre de 2013

Ganna Rizatdinova


Después de una casi interminable jornada de clasificación, con nueve grupos y dos rotaciones -aro y pelota- por cada gimnasta, se celebraron las finales por aparatos. 16 centésimas separaron el oro de la plata, y 33 centésimas separaron el oro del bronce. Menos de medio punto de diferencia entre los tres primeros puestos, y con los cajones del podio intercambiados en comparación a lo que suele ser habitual. Las dos rusas se repartieron la plata y el bronce (Kudryavtseva y Mamun respectivamente), dejando el cajón más alto para la ucraniana Rizatdinova, quien -después de una temporada siendo una de las gimnastas más regulares- se merecía llevarse a su casa el reconocimiento por el trabajo bien hecho. Fue toda una sorpresa y una merecida recompensa.minable jornada de clasificación, con nueve grupos y dos rotaciones -aro y pelota- por cada gimnasta, se celebraron las finales por aparatos. 16 centésimas separaron el oro de la plata, y 33 centésimas separaron el oro del bronce. Menos de medio punto de diferencia entre los tres primeros puestos, y con los cajones del podio intercambiados en comparación a lo que suele ser habitual. Las dos rusas se repartieron la plata y el bronce (Kudryavtseva y Mamun respectivamente), dejando el cajón más alto para la ucraniana Rizatdinova, quien -después de una temporada siendo una de las gimnastas más regulares- se merecía llevarse a su casa el reconocimiento por el trabajo bien hecho. Fue toda una sorpresa y una merecida recompensa.

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